El resto se sientan a observar

Cuando hablamos de la sociedad se suele hacer para demonizarla. Es curioso que siempre que se habla de la sociedad se hace en tercerísma persona. Nunca parecemos parte de ella. «La sociedad impone…», «La sociedad me ha hecho así…», etc. Usamos a la sociedad cuando queremos dar a entender que es la sociedad la culpable de algo. Pero a la sociedad no se le puede sentar en un banquillo, no se le puede rebatir, no podemos cambiarla… ¿o sí?

Madre Teresa
Madre Teresa - Artelista

Hablar de la sociedad es una argucia dialéctica para no admitir los errores personales. Seguramente el lector avispado estará pensando que soy rápido al juzgar a terceros cuando hablan de «la sociedad» para «escurrir el bulto». Nada más lejos de la realidad. Sí, querido lector. Me confieso culpable de todos los males de » la sociedad»  y espero que tú hagas lo mismo cuando termines de leer este texto.

Porque cada día que pasa sin que yo haga nada por cambiarla, cualquier  mala acción -u omisión-  que cometa, me convierte en culpable. Seguramente pensarás que exagero. Probablemente que yo escriba este texto no cambiará nada, probablemente que yo dé un euro a un pobre no solucionará su vida, probablemente que yo vote a un partido u otro o a ninguno no cambiará nada… Pero si lo hago en conciencia será lo correcto.

Yo soy la sociedad. Yo soy culpable si no me pongo el cinturón, si aparco en un vado, si trato de defraudar al fisco, si trato de conseguir favores no legales para «colocarme», etc. ¿Cómo voy a decirle a otro que se comporte como es debido si ni siquiera yo lo hago? ¿Quién tirará la primera piedra? ¿Estás libre de pecado, estimado lector? Yo no.
Decía Einstein -y es mi cita favorita- que el mundo no es malo por quienes hacen cosas malas, sino porque el resto se sientan a observar. Y es cierto. Y no sólo es cierto, sino que es la fuerza moral que nos debe mover a todos. La autoridad moral para cambiar la sociedad nos la da la obligación moral de hacerlo, no nuestros buenos o malos actos.

Adolf Hitler
Adolf Hitler - Wikimedia

Otro uso de la «sociedad» es el uso positivo. Cuando queremos justificar nuestros actos, recurrimos a que son algo aceptado socialmente, a que es lo que piensa la mayoría, a que es «democrático». No existe argumenta más perverso y falaz que éste. ¿Cómo va a ser algo correcto o bueno porque sea aceptado socialmente? ¿Acaso la actuación de Adolf Hitler, que ganó unas elecciones democráticas fué correcta? ¿Acaso tenían razón los antiguos imperios, que pensaban que el mundo terminaba en las columnas de Hércules? Eran verdades comúnmente aceptadas en su momento, que se han demostrado completamente falsas. ¿Por qué algo aceptado socialmente debe ser bueno? ¿No debería ser la bondad objetiva, independiente del observador?

Tal vez algo denso para un primer post, pero creo que digno de reflexión.

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