Un día, hablando con un profesor de la carrera que le encantaba el software libre, me puse a contarle mis ideas acerca de las maldades de Microsoft, y me sorprendí muchísimo al oirle decir que Microsoft había hecho por la informática más que nadie en el mundo, puesto que la llevó al usuario final, y que el «odio social» que la gente tiene por Microsoft se debe sencillamente a su monopolio.
Me puso el ejemplo de que en la época que él estudió, el monopolio lo tenía el gigante azul: IBM. Y la gente del mundo de la informática sentía el mismo «odio social» por IBM como lo hacía ahora por Microsoft.
Hace unos días nos encontrábamos con que Apple superaba en valor bursátil a Microsoft. Cerró con un valor cercano a los 229.000 millones de dólares de capitalización, frente a los 228.000 millones de Microsoft. Sin duda es algo significativo si tenemos en cuenta que hasta hace unos años, Apple venía de ser una compañía al borde de la extinción, que iba de mal en peor. Y de repente, ¡BOOM! Aparece el iPod, llega la revolución de los Mac Intel y el no menos revolucionario iPhone. Revolución a la que el iPad promete darle continuidad. Apple le ha dado la vuelta a la tortilla, y surge la pregunta: ¿Es Apple la nueva Microsoft?
Microsoft tuvo su revolución, al acertar en desarrollar el sistema operativo para lo que hoy conocemos como PC -inventado por la entonces «malvada» IBM-. Pero entonces descubrió que gracias a que IBM permitió que cualquiera pudiera fabricar PCs, su software se iría extendiendo de forma exponencial.
Durante años no tuvo rival y sus ventas crecieron. Sacó varios productos que no es que fueran malos, eran nefastos: Windows 95, 98, etc. Pero como no tenía competencia, no se tuvo que preocupar.
Luego hizo uno que no estaba nada mal, llamado XP, que consiguió encumbrarla de nuevo. Pero llegado el momento de la verdad Microsoft se durmió en los laureles y Apple se entrometió en su camino. En un momento de gloria con las ventas de los iPod, tomando una decisión muy criticada en un principio, Jobs anuncia que los Mac se cambian a Intel.
Steve Jobs no está donde está por tomar decisiones a la ligera. Cambiar a Intel le permitía mucha libertad respecto a los fabricantes de hardware con los que trabajar, y lo que era mejor aún, podía plantear a los usuarios la posibilidad de comprar un Mac Intel, y si no acaba de gustarles el Mac OS X, podían instalarle XP -cosa que, dicho sea de paso, no he visto que ocurra ni una sola vez-. ¡BOOM! El cebo está echado.
Microsoft, lejos de reaccionar, vino a echarle una mano con productos fallidos como el Zune, o el gran fallo de la década, Windows Vista. Vista, que tenía que funcionar en miles de configuraciones hardware distintas, que sólo daba problemas de seguridad y una experiencia de usuario terrible no pudo competir con un Mac OS X optimizado para un hardware reducido y revolucionario en cuanto a prestaciones. Aún así, de momento, Microsoft se salva de la quema en el mercado de la computación personal. Apple tiene su negocio en la computación móvil y se está centrando en él. Pero, ¿por cuanto tiempo?
Por otro lado, ¿qué hace que estas compañías se hagan de oro a costa del usuario? Su ecosistema. Su monopolio. Microsoft era la única alternativa real para el usuario medio como sistema opertivo en un PC. Si uno compra un iPod, iTunes es prácticamente la única alternativa real de manejarlo. Si te compras un iPhone, tienes que morir a la AppleStore. Si te compras un iPad, a la iBook Store.

¿Y si es un monopolio, por qué Apple tiene fans a mansalva y Microsoft detractores? Por la diferencia en su visión del negocio. Apple invierte en diseño, marketing, etc. mucho más que en investigación puramente tecnológica, que para eso ya tiene a Intel. Apple se centra en la experiencia de usuario. En darle al usuario más de lo que espera y mantenerlo en vilo con cientos de rumores -«One More Thing»-, ser muy mediáticos para que sus productos lo sean, etc. Los usuarios entienden el lenguaje que les habla Steve Jobs. Y les encanta. Parece que cada conferencia que da Steve Jobs es Santa Claus que trae un regalo nuevo… previo paso por caja, claro.
La gente no le importa pagar dinero por algo que realmente le satisface, y creo que ese es el secreto del éxito de Apple. Productos que cumplen las espectativas del cliente. Da igual si son cerrados, da igual si hay que entrar en el ecosistema Apple.