Esta táctica nos la «cuelan» continuamente políticos, comunicadores, etc. Y consta de los siguientes pasos:
- Nadie/Nada es perfecto
- Mi producto/idea/empresa/partido no es perfecto
- El del otro es peor
- Por lo tanto, mi producto/idea/empresa/partido es mejor
Y sin darnos cuenta, nosotros que sabemos que ese producto/idea/empresa/partido no es bueno, nos han «colado» una opinión positiva sobre él.
Hoy me he desayunado leyendo a @iescolar. Probablemente no tengamos nada que ver ideológicamente, pero me gusta leerle. Tiene puntos interesantes, y es muy sano mirar el mundo con las gafas de otro. Sin embargo, ha escrito este artículo: El doble rasero.
En el artículo nos muestra algunos hechos de Álvaro Uribe para compararlos con Hugo Chávez. No voy a discutir sobre los hechos, sino sobre el método del discurso. La comparación negativa para dar valor al argumento. El consabido «¡Y tú más!»
Sin entrar a valorar quién es mejor, si Chávez o Uribe, ¿acaso los hechos narrados no son reprobables? Ciertamente. Pero… ¿cuál es la intención del narrador, o sea, de Escolar? Reprobar a los que reprueban a Chávez. Pero indirectamente, nos «mete» la idea de que Álvaro Uribe -de ideología distinta a @iescolar- es peor que Chavez. O sea: «¡Y tú más!»
Hay una ley que dice que a medida que una discusión se alarga en Internet, es más probable que se acabe mentando a Hitler. Y es cierto. Cualquiera que haya participado en algún debate en Internet se da cuenta que las cosas se suelen calentar mucho, y se acaba mentando al ser que, inconscientemente, tenemos como «el peor»: Hitler.
Cuando nuestro pensamiento tiene «defectos», tratamos de poner un contraejemplo con más defectos aún, o más graves (Hitler), para que el nuestro aparente ser bueno. Esta es una estrategia típica de la oratoria, pero que no deja de ser una táctica un tanto reprobable. ¿Por qué me parece reprobable? Porque hace que la gente a la que va dirigida interiorice el mensaje de que «todos son malos»: «todos los políticos son malos», «todos los coches se averían en cuanto se acaba la garantía», etc. La comparación negativa pasa factura.
P.D.: Es cierto que en Internet los debates se hacen más duros que en persona. La gente no se corta a la hora de hablar -y de insultar- por el anonimato y tampoco entiende que, al no tener a la otra persona delante, la ironía, o las «bromas», no funcionan, porque el otro no entiende el tono del mensaje.
P.D. 2: Por cierto, que tiene rechifla el anuncio que Google ha enlazado al artículo de @iescolar. Mirad la captura:
Un comentario sobre “Cómo hacer que tu opinión no parezca tan mala: «¡Y tú más!»”