Desde luego el ministro de Justicia tiene a propios y extraños boquiabiertos. Los conservadores no creían que lo fuera tanto, y los progresistas no pensaban que lo fuera tan poco. Pero la última de Gallardón ha levantado una polvareda impresionante. No me resisto a comentarlo.

Gallardón ha anunciado que volveremos a la Ley del Aborto del 1985, pero con una salvedad, el conocido como aborto eugenésico, este artículo que permitía el aborto por malformaciones no aparecerá:
3.ª Que se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas, siempre que el aborto se practique dentro de las veintidós primeras semanas de gestación y que el dictamen, expresado con anterioridad a la práctica del aborto, sea emitido por dos especialistas de centro o establecimiento sanitario, público o privado, acreditado al efecto, y distintos de aquel por quien o bajo cuya dirección se practique el aborto.
Este anuncio ha provocado las iras de gran parte de los progresistas, y un suspiro de alivio de «providas». Incluso es posible encontrar madres de discapacitados y médicos que critican la decisión de Gallardón.
Desde el punto de vista legal, Gallardón y su partido están capacitados para hacer lo que quieren hacer. Hay gente que ha confundido algunas sentencias del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, que condenó a Irlanda por prohibir el aborto por peligro en la salud de la madre. No la obligó a permitir el aborto en sí mismo, sino en que la vida de la madre era un bien superior al del niño por nacer.

Por otro lado, la actual legislación es plenamente inconstitucional. Se permite el aborto libre hasta la semana 14. Cuando se aprobó la ley del aborto del 1985, ésta fue llevada ante el Tribunal Constitucional, que dejó claros varios conceptos:
«a) Que la vida humana es un devenir, un proceso que comienza con la gestación[…]
b) Que la gestación ha generado un tertium existencialmente distinto de la madre, aunque alojado en el seno de ésta.»
A partir de ahí define que
«ha de concluirse que la vida del nasciturus, en cuanto éste encarna un valor fundamental -la vida humana- garantizado en el art. 15 de la Constitución, constituye un bien jurídico cuya protección encuentra en dicho precepto fundamento constitucional.»
Y por tanto, hay que
“abstenerse de interrumpir ni obstaculizar el proceso natural de gestación [y] establecer un sistema legal para la defensa de la vida que suponga una protección efectiva de la misma [y por tanto] incluya también, como última garantía, las normas penales»
Por otro lado, la sentencia es interesante en cuanto a que ya discute el supuesto del aborto eugenésico que Gallardón quiere prohibir. Si bien argumenta que no puede considerarlo inconstitucional en sí mismo, sí que argumenta que debería tender a desaparecer
«[…]en la medida en que se avance en la ejecución de la política preventiva y en la generalización e intensidad de las prestaciones asistenciales que son inherentes al Estado social […] se contribuirá de modo decisivo a evitar la situación que está en la base de la despenalización.»
Y aquí está la base de la mayoría de los argumentos, acertados en mi opinión, en contra de la idea de Gallardón. Es muy fácil obligar a una madre a no abortar y luego abandonarla a su suerte, que es lo que ocurre en España. No en vano los movimientos provida cambiaron hace años del discurso «culpabilizador» -asesinas, mataniños y cosas por le estilo-, al «sensibilizador» y vienen reclamando esto mismo hace mucho tiempo: apoyo a madres en dificultades.
Por desgracia para muchos, creo que a los políticos no les importa nada más allá de los votos. De ahí que Gallardón se saque de la manga esta «treta» para contentar a los conservadores, pero dudo mucho que ponga dinero para un plan de ayuda a la mujer embarazada o a la familia.
Zapatero actuó de forma similar en aquel famoso programa «Tengo una pregunta para usted» en el que nuestro presidente demostró que no sabía lo que valía un café. Pero a mi me llamó la atención otra cosa. Una chica con síndrome de Down le preguntó por la falta de apoyo del Estado a estas personas, y el se «escaqueó» diciendo que tenían a varias personas con Down en el Congreso, sin responder. Pero es que inmediatamente le preguntó un señor por la ley del Aborto y el aborto eugenésico. Pasó desapercibido, pero era curioso ver cómo se deshacía en halagos con la Down, e inmediatamente defendía el aborto de los niños con síndrome de Down.
En cualquier caso, no creo que sea un tema de derechas o de izquierdas. Personalmente, cuando se habla de eugenesia, me vienen a la mente imágenes de racismo, brazos en alto y banderas rojas. Banderas rojas con una cruz gamada o bien con unas estrellas o una hoz y un martillo. Banderas de esas que se dicen muy de izquierdas o muy de derechas.
En mi opinión, entiendo que en el fondo, a todos nos asusta sufrir. Nadie quiere pasar voluntariamente por un sufrimiento y ese es el motivo número 1 del aborto. Por eso pienso que las familias que tienen a un discapacitado en sus casas solo hablan de sufrimiento y falta de apoyo. Probablemente, si se sintieran apoyados y tuvieran un rayo de esperanza, la vida sería de otra forma. Los provida tienen mucha experiencia en esto. La madre que recibe ayuda, no se arrepiente de seguir adelante.
Huir del sufrimiento es humano. A nadie le gusta. El problema es que huir del sufrimiento hace que otras personas sufran, o incluso mueran, como es el caso. Y además, perdemos aquello que nos hace humanos, el sacrificio: trabajar por tu familia, ser honrado para no perjudicar al vecino, estudiar mucho para ser un buen profesional, ser buen padre, novio, esposo, amigo, etc. Todo eso provoca sufrimiento, cansancio… Pero no es en vano.

En el fondo todos anhelamos poder sacrificarnos y demostrar amor. Pensad en las películas: nos gusta la peli en la que el chico renuncia a todo por ser el esposo y padre fiel de un embarazo no deseado, nos gusta la peli en la que la madre soltera trabaja 14 horas al día para pagar la universidad de su hijo, nos gusta ver cómo los bomberos se juegan la vida para salvar a la gente, nos gusta ver al policía que no coge el soborno, nos gusta ver al deportista que juega todo el partido aunque esté lesionado, nos gusta la del padre que lucha contra cualquiera por salvar a sus hijos, etc. Y tenemos unas ganas inmensas de ayudarles como sea.
Tal vez el problema no sea matar o no a un niño por nacer, sino el sufrimiento de la madre para criar a un hijo discapacitado. Tal vez es que estamos tremendamente asustados ante el sufrimiento y no nos sentimos con fuerzas. Por eso para mí esas madres, sin duda alguna, son verdaderos héroes.
2 comentarios sobre “Gallardón y el aborto eugenésico”