Hoy, para variar, voy a ser breve. Sorprendidísimo ando, como media España, de los resultados electorales. No es que lo de Asturias sea verdaderamente sorprendente, pero lo de Andalucía sí lo es. Felicidades andaluces, ni siquiera os habéis atrevido de cambiar al ladrón. Cuatro años más de decadencia patrocinada por el PSOE.
Los resultados electorales no podían ser mejor -dentro de lo posible- para el PSOE ni peor para el PP. Terceros en Asturias, y gana por mayoría simple en Andalucía, donde una más que hipotética alianza entre PSOE e IU le va a quitar por enésima vez la comunidad.
Sorprende ver, especialmente a los andaluces, que después de décadas de decadencia patrocinada por el PSOE, estén dispuestos no sólo a volver a votarles, sino a votar a IU como mal menor. Lo cierto es que impresiona. Me dice @paco_nro que seguramente será porque los políticos populares andaluces no son de fiar. Yo amplío la afirmación, los políticos no son de fiar. Sin embargo cualquiera puede constatar que las comunidades donde gobierna tradicionalmente una fuerza de derechas, nacionalista o no, tienen un nivel de vida, económico y de desarrollo muy superior a las tradicionalmente de izquierdas. Léase por ejemplo Cataluña, Madrid, País Vasco, etc. frente a Andalucía o bien Extremadura.
Tristemente el apunte de Paco no puede ser más acertado, pero confuso a la vez. La gente empieza a percibir podredumbre por doquier, y sin embargo sigue votando a los dos partidos. Es la estrategia del «y tú más». Y es la estrategia de la política en España. No importa si me pillan con las manos en las arcas públicas, mientras al otro le pillen con algo más gordo. Da igual si hay Gürtel, con tal de que haya EREs. Da igual que haya EREs, siempre que hablemos de Fabra o Camps. Da igual lo de Fabra, hablemos de Blanco. Y así hasta la náusea.
¿Y qué se consigue con esta estrategia del «y tú más»? Pues que los votantes la asuman como propia. Es triste entrar en Facebook/twitter y encontrarte gente que comenta lo sorprendente del voto a los socialistas (@nievesbr por ejemplo) y le salte un amigo argumentando que «Más sorprendente es que la gente vote a los corruptos del PP en Valencia.» Y no porque le falte razón en esa afirmación, sino porque que unos sean malos no hace buenos a los otros.
Pero es así de triste, el bipartidismo se nutre del «y tú más». Porque si fuéramos valientes, una persona con ideas de izquierdas votaría a UPyD o similar y una de derechas a Foro, que por cierto, no lleva mal camino de volverse una fuerza política importante. Pero no, no somos valientes. Entendemos la política como un partido de fútbol donde están los «nuestros» y los «otros». Sin darnos cuenta, como ya dije una vez, que no somos ni de los unos ni de los otros. Los políticos son una raza aparte que vive a nuestra costa.
Somos cobardes, tontos y tenemos lo que nos merecemos.